viernes, 17 de octubre de 2014

METODOLOGIA


Las cocinas y hornos solares son sencillas aplicaciones que aprovechan la energía del Sol para cocinar alimentos. Se basan en un recipiente aislante que acumula por efecto invernadero la radiación solar, en el caso de los hornos, o que recibe y concentra esta misma radiación en un punto focal donde se coloca el recipiente, en el caso de las cocinas solares parabólicas.

¿PARA QUE SIRVEN?

Las cocinas y hornos solares son ideales para preparar alimentos, pasteurizar agua, esterilizar material quirúrgico, reducir la presión sobre el bosque y la biomasa, prevenir la erosión y desertización, favorecer la libertad y educación de las mujeres y los niños... Para todo ello un único requisito: disponer de radiación solar, algo muy abundante y accesible en la gran mayoría de las zonas del planeta.


¿POR QUE UTILIZARLAS?

Por solidaridad, por necesidad ante la crisis de la leña, por compromiso con la implantación de las energías limpias y renovables en todas las sociedades.

Hay 2 grandes escenarios donde las cocinas y hornos solares son de gran ayuda, el principal es para los más de 2.000 millones de seres humanos que utilizan la leña como combustible y que en muchos casos es ya escasa y cada vez de más difícil acceso. El otro escenario es en nuestros países desarrollados, donde, a pesar de disponer de fuentes de energía abundantes y distribuidas, contribuimos con su utilización al cambio climático y al expolio de recursos naturales. La cocina solar representa una oportunidad solidaria, práctica y sabrosa para participar de los caminos hacia la economía solar y ecológica.

INSTRUMENTOS

Antes de empezar a construir un horno solar, es necesario considerar algunas variables como el uso que se le va a dar, la disponibilidad de Sol en la región donde se va a usar, el número de comensales que deberá alimentar, etc. También es importante valorar la disponibilidad de materiales en la región donde se va a construir. No es lo mismo cocinar en países con radiación solar abundante, en los que una cocina solar dará excelentes resultados, que cocinar en las regiones donde los días soleados escasean buena parte del año. En este último caso, el horno deberá incorporar un cristal doble, más reflectores y la posibilidad de orientarlo más afinadamente hacia el Sol. El diseño de una cocina solar depende en buena parte de la imaginación y posibilidades de cada uno. Se podría decir que hay tantas cocinas solares como usuarios de las mismas, ya que, al diseñarla, se le pueden imprimir las características que la hagan más adecuada a cada necesidad.

Construirse la propia cocina solar es uno de los atractivos de cocinar al Sol. La cocina solar más sencilla en cuanto a construcción y manejo es la de tipo caja, habitualmente llamada horno solar.

Materiales para la construcción de un horno solar
Los materiales indispensables para la construcción de un horno solar son:

- Para la estructura:

Los materiales utilizados para que la caja posea y mantenga su forma pueden ser muy variados: cartón, madera, madera contrachapada, bambú, metal, cemento, ladrillos, piedras, cristal, fibra de vidrio, cañas tejidas, plástico, papel maché, arcilla, tierra pisada, corteza de árbol, etc.

Pueden utilizarse dos cajas de cartón de tamaño diferente -para introducirle el material aislante en medio- que pueden conseguirse en algún establecimiento, a condición de que no hayan contenidos tóxicos.

Para conseguir una mayor temperatura en el interior de la caja, los laterales interiores de la misma se forran con papel de aluminio u otro material reflectante, y en el exterior se pueden disponer unas láminas reflectoras para hacer rebotar luz adicional dentro de la caja solar. Éstas se pueden aprovechar como tapa de la cocina cuando no se utiliza.

- Aislantes:

Los muros y la parte inferior de la caja deben tener un alto valor de aislamiento para conseguir que se alcancen temperaturas suficientemente altas para cocinar. Se consideran buenos aislantes: hojas de aluminio, plumas, celulosa, lana, paja e incluso periódicos arrugados.

Es importante que los materiales aislantes rodeen el interior de la cavidad en la que se cocina por todos los lados excepto por el lado acristalado (de recepción de la radiación solar).

- Material transparente:

Serviría cualquier material transparente que permita la entrada de la radiación solar en la caja y encaje en la cara superior del horno solar. Generalmente se utiliza cristal o plástico transparente, sólido o flexible.

Además de las cajas, el aislante y el cristal, también hará falta: cola de carpintero, un cutter, unos alicates y un trozo de alambre.

Un tamaño habitual es de 50 cm de ancho, por 50 de fondo y unos 35 cm de alto, pero estas medidas variarán según el tamaño de las ollas o recipientes que se vayan a utilizar. Si se pretende cocinar varios platos a la vez, deberá tenerse en cuenta, pero no es aconsejable hacer el horno muy alto porque se producirían sombras que disminuyen su efectividad.




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